El siguiente tema energético que, me parece, merece reflexión juiciosa se refiere a los combustibles derivados de recursos renovables, como el maíz, la caña y la palma africana. Aunque, según las cifras que presenté anteriormente, el tema no será importante en la estructura general del mercado (el efecto-precio de la sustitución no parece ser el tema central mirando hacia 2025), lo cierto es que Colombia, junto con muchos otros, es un país entusiasmado con el tópico.
Distinguidos y visionarios inversionistas están en el plan de meterle hombro al empeño de lograr crear la red de producción de materia prima en miles de hectáreas, construir la infraestructura necesaria y poner a funcionar las plantas destiladoras. Yo quisiera plantear solo un punto. Hay muchos más, desde luego, incluyendo:
1. El precio del petróleo para el cual esta industria deja de ser rentable….. algunos lo ubican en US$40 el barril.
2. El monto de los subsidios necesarios para que la industria tome vuelo. En los Estados Unidos se estima que la propuesta del Presidente Bush de producir 35 millardos (billones de ellos) de galones de bio-combustible en 2017 elevará de US$3 millardos actualmente (billones de ellos) a US$30 millardos el monto necesario. En Colombia necesitamos precisión en cuanto a los flujos de recursos que estamos en disposición y en capacidad de entregar pór la vía del presupuesto y del sistema tributario.
3. El tema ambiental: Contrario a la sabiduría convencional, muchas organizaciones “verdes” están fuertemente en contra de esta industria.
4. El tema ético (que, de manera fascinante, ha logrado una insólita coincidencia de visión entre organizaciones fuertemente “neoliberales” y el Presidente Fidel Castro): que tan loable es mover automóviles con comida (caso del maíz).
Pero bueno. Esos y otros puntos los iremos mirando acá con el cuidado requerido. Por ahora, quiero hablar de un tema que no se ha tocado mucho en Colombia, al menos de manera pública…… esto es, publicada.
La relación entre la energía proveniente de combustibles fósiles utilizada y la energía producida por una unidad de recursos renovables es un parámetro clave en el debate. Lo malo es que está en (muy ardua) discusión y no hay consenso entre los expertos, lejos de ello. Los profesores D. Pimentel (Agricultura-Cornell) y T. Patzec (Ingeniería, California-Berkeley) están entre los más radicales escépticos:
Our up-to-date analysis of the 14 energy inputs that typically go into corn production and the 9 invested in fermentation and distillation operations confirms that 29 percent more energy (derived from fossil fuels) is required to produce a gallon of corn ethanol than is contained in the ethanol. Ethanol ftom cellulosic biomass is worse: With current technology, 50 percent more energy is required to produce a gallon than the product can deliver. Investigators differ over the energy value of the by-products of making corn ethanol, but the credits range only from 10 percent to 60 percent. In any event, biomass ethanol is a bad choice from an energy standpoint.
Por supuesto, hay argumentos serios en contra y las pasiones vuelan. Recientemente, según un excelente artículo que vale la pena leer con atención, un molesto funcionario del Departamento de Agricultura, quizás inspirado en nuestros foristas criollos, recomendó a Patzek “devolverse a Polonia”.
Hablando en serio, hay un artículo importante en Science (No. 311, Enero, 2006). Desafortunadamente, salvo el abstract que es gratis, no pude leerlo por su carísima suscripción.
Studies that reported negative net energy incorrectly ignored coproducts and used some obsolete data. All studies indicated that current corn ethanol technologies are much less petroleum-intensive than gasoline but have greenhouse gas emissions similar to those of gasoline. However, many important environmental effects of biofuel production are poorly understood. New metrics that measure specific resource inputs are developed, but further research into environmental metrics is needed.
Síntesis: Colombia, junto con muchos otros países, está entusiasmada con la industria de los bio combustibles. Existen preguntas de tipo técnico y financiero-fiscal que irán escalando a medida que vayamos avanzando y es necesario aportarle al debate --que promete ser apasionante y que obviamente seguiremos desde acá--- la mejor investigación y los mejores datos.
3 comentarios:
Alberto no tiene que ver con el tema, pero se que sería muy interesante oir las opiniones del ex-ministro de hacienda de Uribe sobre las recomendaciones de la comisión de gasto público:
1.Privatización ISAGEN
2.Cargar parafiscales al gobierno, no como impuesto al trabajo.
etc...
Dr.Alberto:
Quisiera entender si existe una motivación diferente a la política, de parte de Fidel y Chávez, a oponerse a los biocombustibles con el argumento de que compiten con fuentes vitales para la alimentación de las personas en los países tercermundistas. A caso no son los países del tercer mundo los llamados a producir las materias primas para los biocombustibles? No es un aliciente para Cuba el volver a ser el mayor cultivador de caña de azúcar en el mundo y montar sobre la industria azucarera una industria de biocombustibles que les sirva de alternativa al uso del petróleo y de paso les solucione el déficit de combustibles fósiles? Quisiera sus comentarios al respecto y aprovecho para agradecerle este espacio como medio de intercambio de información.
Eduardo:
Lo de Fidel y Chávez es un sofisma para parar la producción de biocombustibles y así mantener el precio del petróleo altísimo.
Sí baja el precio del petróleo, se acaba definitivamente la revolución bolivariana y de paso se lleva a la cubana.
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